Las ventajas de la refrigeración por agua en vez de por aire incluyen el mayor calor específico, densidad y conductividad térmica, de forma que el agua puede transmitir el calor a gran distancia con mucho menos flujo volumétrico y diferencia de temperatura.
Una instalación típica de refrigeración por agua consta de un objeto a enfriar, una bomba que hace circular el agua y un radiador como disipador grande (posiblemente con un ventilador). Estos componentes están unidos por tubos.
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